Si el camarero que nos sirve tiene sobrepeso, es más probable que comamos y bebamos más. Así lo han constatado en fecha reciente investigadores de la Universidad Cornell. Según explican, además de la iluminación, la música, la compañía o la mesa que ocupamos en el restaurante, el peso del camarero influye en la cantidad de comida y bebida que decidimos tomar.
«Nadie va al restaurante para empezar una dieta, por lo que somos muy susceptibles a los estímulos que nos rodean y nos concedemos la licencia de comer aquello que nos apetece», indica Tim Döring, uno de los autores del estudio.
Fuente y leer más: Investigación y Ciencia
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