La ciudad italiana de Castelbosco, al norte del país, inauguró el «Museo de la Mierda», instalación ecosostenible que aprovecha los excrementos animales para generar energía y los sitúa como foco artístico.
La idea partió de Giantonino Lucatelli, emprendedor y propietario del recién estrenado museo, convencido de la necesidad de dar una utilidad a los cien mil kilos de excrementos que generan al año sus 2.500 vacas productoras de queso Grana Padano.
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