Cumplir con la normativa para viajar a la Costa del Sol en agosto con su recién nacido se convirtió en una misión casi imposible para una pareja de jóvenes británicos. Emma Mitchell y Graeme Thursbytenían que conseguir una fotografía del pequeño Lucas que valiera para hacerle el pasaporte, un requisito nada fácil con un bebé de apenas seis semanas, según recogen los medios The Daily Mail y The Mirror.
La sesión con un fotógrafo profesional en la que preveían estar 15 minutos se prolongó por espacio de cinco horas, una auténtica prueba de resistencia para los jóvenes padres. Las reglas para las fotos de pasaporte establecen que el individuo tiene que mirar directamente a la cámara con cara seria, dos orejas visibles y sin que nadie más salga en la imagen.
Fuente y leer más: ABC
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