“Me encerré con ocho neonazis y me perdonaron la vida”. Le pegaron, le escupieron, le insultaron, mientras la fotógrafa Julia Martínez documentaba la paliza que le propinaban a su compañero en un hangar a las afueras de Berlín. El trato había costado cerrarlo más de un año, según cuenta el artista Omar Jerez a El Confidencial. Hace algo más de un mes de la última performance que el polémico artista judío fraguó para denunciar el auge de la extrema derecha en Europa.
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