Mover los brazos sin parar encima del coche, nadar a braza o hacer la rana, llamémoslo como sea. Esta es la mejor fórmula para salvar, aunque sólo sea el techo del coche, durante una buena granizada. No se puede tener más pasión por hacer las cosas bien.
¿Coche nuevo, amor verdadero? Es igual, el hombre es un profesional y tiene que salvar apasionadamente el carro de las malvadas bolas de hielo que caen del cielo sin ningún escrúpulo ni perdón.
Un conocido intenta ayudarle a mitad de sufrimiento, pero él sigue concentrado en el ‘baile de la rana’ y no desespera de dejar el techo intacto. Además, la gracia que le caracteriza no se comparte con la de su conocido, que intenta poner una mantita voladora en el capó con las mismas ganas que tiene Belén Esteban de escribir un nuevo libro.
Pasen ustedes, el vídeo lo merece.
Vídeo vía @kikegdelariva
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