La primavera viene, en ocasiones, preñada de un simbolismo insoportable. Ojo con las flores, que pueden brotar en forma de dardos venenosos. Qué decir de la naturaleza y sus colores, son capaces de abrir llagas supurantes en quien los contempla. Ay, los jardineros. Si les dejas, los muy traidores se conchaban con los bulbos y el césped para dibujar parterres insultantes.
El consejero de Salud del Gobierno vasco, Jon Darpón (PNV), ha visto en la estación que nos acompaña un alarde de españolismo indecente. Y lo ha visto en Vitoria. En concreto, en el exiguo jardín al que se asoma la subdirección de Salud Pública y Adicciones de Álava, plantada en el número 11 de la calle Santiago, en la trasera del hospital del mismo nombre.
Fuente y leer más: elcorreo
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