
Entre protesta y protesta también queda tiempo para el amor. Al menos esto es lo que debió pensar un manifestante ucraniano cuando decidió frenar sus quejas contra el Gobierno durante unos minutos para pedir matrimonio a su pareja en Kiev. El manifestante, ataviado con un pasamontañas para no desvelar su identidad en ningún momento, se arrodilló ante su novia y, ramo de flores en mano, le propuso que se casaran, a lo que ella aceptó.
Según informa la agencia de noticias AFP, la inusitada pedida de mano fue celebrada por el resto de manifestantes ante la felicidad de ya comprometido novio, quien se mostró orgulloso de haber vivido este momento único junto a sus compañeros de protesta.
Fuente y leer más: ABC
Be the first to comment