Hace unos años Samantha Lamb, de 41 años, salvó la vida a su marido, Andy. Él necesitaba un riñón, sufría insuficiencia renal, para seguir viviendo y ella se lo donó. Años después, sin embargo, la pareja se separó. Samantha sospecha que su marido estaba liado con una de sus amigas, él lo niega. Ahora, a la señora Lamb le gustaría recuperar el órgano para «dárselo a una persona que lo mereciera más».
Fuente y leer más: Lavanguardia
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