
Erik es un chico al que le gusta poner picante a su relación, así que le pidió a su novia, Salina, que tuvieran una sesión de sexo en lo alto de un árbol. Según informa The Mirror, la pareja, que en ese momento cumplía su tercera cita, alcanzaron una rama gruesa donde sentarse. Pero cuando el joven, ya desnudo de cintura pero abajo, quiso cambiar de postura porque se estaba clavando una astilla en su trasero, se cayó.
Cuando echó mano de otra rama colindante para apoyarse y buscar un nuevo emplazamiento, esta cedió, él perdió el agarre y acabó en el suelo. «Mis manos se deslizaron y se derrumbaron» recuerda Erik.
Al momento, el chico que no se había dado cuenta de lo que le había sucedido. Fue su novia la que dio la voz de alarma. «Estaba tirado en el suelo y había sangre por toda la pierna» dice. ¿La razón? Se había rajado el pene.
Salina desvela lo que pensó: «Estaba preocupada por su pene y por su salud, pero también porque toda mujer quiere que su chico ‘funcione'», matiza.
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